Sociedad

5 de cada 10 estudiantes piensan que la mejor opción de estudio debe ser semipresencial

La experiencia de vivir 16 meses con restricciones propias de la pandemia que afectó el desarrollo escolar y humano de niñas, niños y adolescentes tiene su impacto en esa población que expresa las dificultades de la educación virtual.

 

Según un sondeo de opinión U-Report realizado entre el 30 de junio y el 8 de julio a 368 jóvenes y estudiantes de secundaria, principalmente en áreas urbanas, la mitad de ellos (49.6%) señala que la mejor opción para continuar estudiando durante la pandemia COVID-19 debe ser semipresencial, es decir, asistir algunos días de la semana a clases en su unidad educativa y en otros continuar el avance académico de forma virtual a través del internet.

U-Report es una herramienta digital de mensajería social y sistema de recopilación de datos desarrollada por UNICEF para mejorar la participación ciudadana, informar a los líderes y fomentar un cambio positivo. Este 2021 la opinión y voz de adolescentes y jóvenes, a través de U-Report, estará aún más presente gracias a un acuerdo con la Confederación de Estudiantes de Secundaria de Bolivia (CESB).

En esta nueva consulta se preguntó sobre la continuidad del aprendizaje y hábitos alimenticios durante la pandemia.

Al parecer, la experiencia de vivir un año y cuatro meses bajo las restricciones propias de la pandemia que afectó el desarrollo escolar y humano de niñas, niños y adolescentes, tiene su impacto en esa población que expresa con mayor claridad sus reparos a las dificultades que implica la educación virtual. En junio de 2020 otra encuesta de U-Report reveló que 93,2 por ciento de estudiantes encuestados expresaron críticamente que no están aprendiendo “nada”, “casi nada”, o “más o menos” con las iniciativas de enseñanza virtual que se aplican tanto en la enseñanza privada como estatal (https://www.unicef.org/bolivia/comunicados-prensa/adolescentes-bolivianos-dicen-aprender-muy-poco-con-la-ense%C3%B1anza-virtual).

Hoy, 49.6 por ciento de los estudiantes consultados considera que las clases deben ser semipresenciales, 28 por ciento respondió en favor de clases totalmente presenciales, y solo 21.6 por ciento aboga por pasar exclusivamente clases virtuales. Las dos primeras opciones suman más de 77 por ciento, evidenciando que los estudiantes de secundaria participantes, en su mayoría, demandan dejar la educación exclusivamente virtual.

A los que solo contestaron “Semi presencial” se les preguntó “¿Cuál crees que sería la mejor combinación?”, 88.6 por ciento se ratificó en que debe haber clases presenciales combinadas con virtuales por internet; la posibilidad de combinar clases presenciales con apoyo de televisión y radio significan 9.6 y 1.8 por ciento, respectivamente.

Otro tema abordado en la consulta fue ¿Qué valoran más los estudiantes en la modalidad virtual? 54,7 por ciento de los 368 estudiantes respondió que la flexibilidad en los tiempos, 28.4 dijo “poder estar más tiempo en familia” y 16.9 otros.

A la inversa de lo anterior, se preguntó “¿Qué es lo que menos valoran de la modalidad virtual?” 68.5 por ciento (casi 7 de cada 10) consideran que el mayor problema de lo virtual es que es más difícil atender y aprender, 13 por ciento respondió: “no estar con los amigos” y 9.7 que se pasa demasiado tiempo en casa.

66.7 por ciento de quienes tienen acceso a internet, se conectan a clases lo hacen por celular y 30 por ciento por computadora. 80.2 por ciento señaló ser el propietario del celular o computadora, el 17.9 indicaron que el equipo es “familiar” y en porcentaje menor hay quienes acuden a prestarse un celular o computadora de un amigo o vecino (1.9%).

55.9 por ciento de estudiantes encuestados considera que el cambio en su alimentación durante la pandemia fue negativo

Otro tema abordado con los estudiantes fue conocer ¿Cómo fue su alimentación en este último año? 43.1 por ciento respondió “he comido más que antes”, el 35.5 que comió “igual” y un 21.3 % señala que consumió menos alimentos. Esto sugiere que dos de cada 10 estudiantes han visto reducida su nutrición o que han tenido cambios en su alimentación. Al respecto se consultó si el hecho de no ir a la escuela implicó un cambio en la alimentación, 69.7 por ciento respondió que sí. Finalmente, 55.9 por ciento considera negativo ese cambio y 44.1 respondió que fue positivo.

Antes de la pandemia de la COVID-19, el estudio “Prevalencia de sobrepeso y obesidad de los escolares y adolescentes en Bolivia”, realizada por el Postgrado en Ciencias del Desarrollo (CIDES) de la Universidad Mayor de San Andrés (UMSA) en el 2020, con apoyo del Ministerio de Salud y Deportes y del Fondo de las Naciones Unidas para la Infancia (UNICEF), reveló que el sobrepeso y la obesidad afecta entre 3 y 4 de cada 10 escolares (https://www.unicef.org/bolivia/comunicados-prensa/tres-de-cada-diez-estudiantes-bolivianos-tienen-sobrepeso-y-obesidad#

En octubre de 2020, el Ministerio de Salud y Deportes declaró la epidemia nacional de malnutrición por sobrepeso y obesidad en la población escolar y adolescente (Resolución Ministerial 442), instruyendo a todo el sistema de salud y actores involucrados a tomar acciones de prevención abordaje y tratamiento del sobrepeso y obesidad. La obesidad es uno de los principales factores de riesgo para otras enfermedades no transmisibles, como la diabetes tipo 2, enfermedades cardiovasculares, hipertensión y accidente cerebrovascular, y diversas formas de cáncer.

El sedentarismo es una de las consecuencias de las restricciones establecidas por la pandemia, por eso se exhorta a las familias y las personas a prevenir esta epidemia manteniendo un peso saludable, mejorando sus hábitos alimenticios y realizando actividad física.

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