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Suiza, que creó el primer vehículo de hidrógeno, se queda atrás en la carrera del combustible verde

Las empresas suizas han reconocido el potencial del hidrógeno verde y están fomentando su desarrollo. Sin embargo, si no hay una estrategia clara por parte del Gobierno, Suiza corre el riesgo de encontrarse aislada en una Europa que confía en el hidrógeno renovable para reducir las emisiones de la industria y el transporte. 

El hidrógeno verde se considera el «arma suiza para luchar contra la descarbonización», afirma Steven Schenk, investigador de la Escuela Politécnica Federal de Lausana (EPFL). El hidrógeno puede producir, transportar o almacenar energía y es una alternativa ecológica a los combustibles fósiles. Schenk trabaja en el desarrollo de un electrolizador, es decir, un dispositivo que utiliza la electricidad para producir hidrógeno a partir del agua, más eficaz y barato que los sistemas existentes.

Se trata de uno de los muchos proyectos suizos en el campo del hidrógeno renovable. A principios de octubre, la empresa energética Groupe E informó que había dado un «paso de gigante en la transición energética de Suiza» con la inauguración de una planta de producción de hidrógeno ecológico en la central hidroeléctrica de Schiffenen, en la Suiza francófona. Es la cuarta planta de este tipo que funciona en el paísEnlace externo.

Por qué el hidrógeno es fundamental para la transición energética

Otras empresas suizas están saliendo adelante en el extranjero. En Suecia, el grupo de ingeniería eléctrica ABB participa en uno de los proyectos de hidrógeno renovable más ambiciosos de Europa, mientras que el fabricante ferroviario Stadler Rail acaba de firmar un contrato para suministrar trenes propulsados por hidrógeno a California, en Estados Unidos, además de los previstos para las regiones italianas de Calabria y Cerdeña.

Un tren de hidrógeno que, sin embargo, Suiza corre el riesgo de perder.

A pesar de su espíritu innovador y emprendedor, el país alpino no cuenta con una estrategia nacional para el hidrógeno. Suiza podría incluso quedar excluida del desarrollo de infraestructuras de transporte de hidrógeno en el continente, ya que aún no existe un acuerdo energético entre el país helvético y la Unión Europea.

El coste de producción de hidrógeno verde se reduce

El hidrógeno es el elemento más abundante en el universo y en su forma molecular (H2) se utiliza para producir sustancias químicas, por ejemplo amoníaco, o combustible. Su combustión, precisamante, libera energía sin emitir CO2.

En cambio, la forma en que se produce tiene repercusiones negativas sobre el clima. Más del 90% del hidrógeno utilizado en el mundo (unas 100 millones de toneladas al año) procede de fuentes fósiles, principalmente metano y carbón. En ese caso, se habla de hidrógeno gris porque su producción emite carbono.

Sin embargo, el hidrógeno también puede obtenerse de forma renovable mediante la electrólisis del agua. Se considera ecológico cuando la electricidad utilizada para dividir la molécula de agua en hidrógeno y oxígeno procede de la energía solar, eólica o hidroeléctrica. Este proceso ha sido durante mucho tiempo muy caro y sólo el 1% del hidrógeno utilizado en el mundo es de origen renovable.

«No obstante, el coste del hidrógeno verde se ha reducido en los últimos años y ahora se considera incluso aceptable», explica a SWI swissinfo.ch Alessandra Motz, investigadora del Observatorio de Finanzas Públicas y Energía de la Universidad de Lugano (Suiza).»Por eso se habla de ello en todas partes», señala.

El coste de producción de hidrógeno verde en Europa es actualmente de entre 3 y 8 euros por kilogramoEnlace externo, frente a los entre 1 y 2 euros por kilogramo del hidrógeno procedente de combustibles fósiles.

El hidrógeno verde es clave para descarbonizar aquellos sectores para los que la electrificación, es decir, la sustitución del carbón o el petróleo por electricidad renovable, no proporcionaría suficiente energía o calor, explica Motz. Se refiere, por ejemplo, a la industria siderúrgica y al transporte pesado de larga distancia. El hidrógeno también desempeña un papel en el almacenamiento y transporte de energía generada a partir de fuentes renovables.

Suiza, país pionero en hidrógeno

El hidrógeno se descubrió hace más de dos siglos, pero la historia de su uso tiene sus orígenes en Suiza.

El inventor franco-suizo François Isaac de Rivaz ideó el primer vehículo propulsado por hidrógenoEnlace externo, un carro de madera equipado con un motor de combustión interna que se probó por primera vez en 1813 en Vevey, Cantón de Vaud. Unos años más tarde, en 1838, el químico y físico suizo Christian Friedrich Schönbein publicó el principio de la pila de combustible, que se utiliza hoy en día para obtener electricidad a partir de hidrógeno y oxígeno.

Más recientemente, se ha creado en Suiza la primera industria verde del hidrógeno por iniciativa del sector privado. Se trata de un consorcio formado por un centro de producción, una red de estaciones de servicio y una flota de unos cincuenta camiones de hidrógeno.

Suiza es uno de los países europeos con mayor número de estaciones de servicio de hidrógenoEnlace externo (15 en la actualidad). Sólo Alemania, Francia, el Reino Unido y los Países Bajos tienen más.

La carrera del hidrógeno verde en el mundo

La evolución industrial, sin embargo, no se refleja a nivel político, y otros países van muy por delante de Suiza.

Siguiendo los pasos de Japón, el primero en formular una estrategia nacional en 2017, los gobiernos de China, India y Estados Unidos han anunciado planes detallados para invertir decenas de miles de millones de dólares en la emergente industria del hidrógeno renovable.

Corea del Sur también está apostando fuerte por el hidrógeno, señala Eric Plan, experto en tecnologías limpias y secretario general de CleantechAlps. El país asiático ya dispone de toda la infraestructura para el hidrógeno gris y en cuanto haya suficiente hidrógeno renovable podrá descarbonizar su economía prácticamente de la noche a la mañana, explica Eric Plan.

La Unión Europea y varios de sus Estados miembros no se quedan atrás: la hoja de rutaEnlace externo presentada por Bruselas en 2020 prevé multiplicar por diez la producción de hidrógeno renovable hasta alcanzar las 10 millones de toneladas en 2030. Alemania e Italia han decidido destinar 9.000 y 3.600 millones de euros respectivamente, a proyectos de hidrógeno.

Suiza quiere hidrógeno, pero no sabe dónde ni cuánto

El Gobierno suizo también considera que el hidrógeno renovable es un componente importante para alcanzar su objetivo de cero emisiones netas en 2050. Sin embargo, aún no tiene una visión clara y detallada. De hecho, no se sabe de dónde procederá el hidrógeno ni en qué cantidades.

«Parece que Suiza se limita a mirar mientras sus vecinos de la UE actúan», criticó la Conferencia de Directores Cantonales de Energía en una declaración publicada a finales de agosto, en la que exigía al Consejo Federal (Gobierno) que actuara.

Un análisis reciente destacaba también la necesidad de definir cuanto antes una estrategia clara. «Tenemos que sentar las bases en Suiza ahora si no queremos desaprovechar las oportunidades que puede ofrecer el hidrógeno para el futuro abastecimiento energético», afirma Daniela Decurtins, directora de la Asociación Suiza de la Industria del Gas.

«La importancia del hidrógeno para alcanzar los objetivos climáticos debe quedar clara, sobre todo a nivel político», explica Bernhard Wüest, director de la asociación Mobility H2 Switzerland a SWI swissinfo.ch por correo electrónico. «Sin una estrategia no hay seguridad de inversión, lo que bloquea la expansión [del sector]», añade.

En el segundo semestre de 2024 se presentará una estrategia nacional de hidrógeno, indica la Oficina Federal Suiza de la Energía (OFSE). En ella se examinarán las condiciones marco para la creación de un mercado del hidrógeno en Suiza y para garantizar la conexión del país a la futura red europea del hidrógeno, según la OFSE. Eso debería proporcionar cierta seguridad a los inversores y a las empresas energéticas y crear las condiciones para la importación de hidrógeno.

¿Una red de hidrógeno sin pasar por Suiza?

Unas 30 empresas de gasoductos de la UE estudian la creación de una red de transporte de hidrógeno en el continente, que se establecerá en 2040. La iniciativa de la red principal europea de hidrógeno Enlace externose basa en gran medida en la infraestructura de gas natural existente.

Los corredores deberían conectar el norte de África con Alemania a través de Italia y Austria. Por tanto, existe el riesgo de que la futura red eluda Suiza, advierte Matthias Sulzer, experto en energía y coautor de un estudio sobre el futuro energético de la Confederación Helvética.

Transitgas, la empresa que explota el gasoducto situado en Suiza, esencial para el tránsito norte-sur de metano, desearía sumarse a la iniciativa europea para «reforzar la posición de la Confederación», según su director, Ennio Sinigaglia.

Sin embargo, debido al estancamiento de las relaciones entre la Confederación y la UE tras la retirada suiza de las negociaciones sobre el acuerdo institucional, una participación suiza en el mercado europeo del hidrógeno no es una cuestión ineludible. Suiza ya tiene dificultades en el sector eléctrico, para el que aún no se ha alcanzado ningún acuerdo con Bruselas.

Suiza ya está excluida del mercado interior de la energía de la UE y «ahora corre el riesgo de perder también el tren del hidrógeno», afirma Alessandra Motz.

A la espera de acontecimientos y posibles negociaciones, subraya, es importante «mantener los ojos abiertos» a lo que ocurre en el mundo del hidrógeno y seguir invirtiendo en investigación e innovación.

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